lunes, 6 de abril de 2009

¿¡Y TÚ QUÉ SABES!? DESCUBRIENDO LAS INFINITAS POSIBILIDADES PARA MODIFICAR NUESTRA REALIDAD CONTIDIANA.

ENSAYO SOBRE LA OBRA:
¿¡Y TÚ QUÉ SABES!? DESCUBRIENDO LAS INFINITAS POSIBILIDADES PARA MODIFICAR NUESTRA REALIDAD CONTIDIANA.
Autores: Arntz, William; Chasse, Betsy y Vicente, Mark.

Profesora: Bárbara Zárate C.
ID:UD7849HED14513.

“En la lógica formal, la contradicción es un signo de derrota, pero en la evolución del verdadero conocimiento marca el primer paso en el
progreso hacía la victoria.”
Alfred North Whitehead.


INTRODUCCIÓN

En la obra titulada ¿¡What the bleep do we Know!?, se introducen muchas ideas y maneras nuevas de observar el mundo.
Una parte del libro es informativa: ahonda profundamente en la ciencia, otra parte nos refleja a nosotros mismos, cómo percibimos, qué hacemos y cómo nuestras actitudes inciden en nuestra experiencia y realidad.[1]
Se emplean las nociones, los conceptos y la ciencia como punto de arranque para investigar los orígenes del nuevo paradigma, de la física cuántica, de nuestros procesos internos y las fronteras exteriores de universo conocido. ¿Qué existe al otro lado de lo que decimos conocer?
En la obra se parte de las ideas de la física cuántica para sustentar la idea de que es posible modificar la realidad a través del pensamiento.
Se busca también explicar la realidad desde la espiritualidad, valiéndose de postulados científicos obtenidos de la física, específicamente del principio de incertidumbre de la mecánica, así como de nociones generales de psicología, psiquiatría y química, entre otras ciencias exactas.
Se trata de explicar y darle un nuevo sentido al conocimiento acumulado por la humanidad, debatiendo la severidad científica y asegurando la existencia de fenómenos sobrenaturales, relacionados con la posibilidad de transformar la materia a través del pensamiento.
Cabe destacar que en la obra se abordan principios de mecánica cuántica y los problemas existenciales, señalando que la mecánica cuántica sí introduce fenómenos sorprendentes que guardan relación con la diversidad de los resultados, más precisamente explicados por el principio de incertidumbre de Heinsenberg.[2]
No somos solamente parte del universo, sino que participamos en él. La observación, altera el resultado, puesto que los pensamientos son algo más que simples alteraciones neuronales. Hay un poder superior, pero no sabemos dónde se encuentra si dentro o fuera.
Betsy Chasse, propone establecer un diálogo sobre los límites entre nuestra mente y el mundo exterior, así como sus consecuencias filosóficas y prácticas.
Según estos planteamientos el sujeto determina el universo que lo rodea con su voluntad.
En la obra muchos científicos tratan a través de una serie de investigaciones basadas en la física cuántica dar respuestas a interrogantes como las siguientes: ¿Cómo puedes determinar que el mundo en el que estás es real si quien lo dirige es un ser intangible?, ¿Qué es la realidad?, ¿Qué estamos haciendo aquí?.
Al leer el libro, páginas tras páginas, te hará replantearte muchas cosas que vives a diario. A través del mismo encontrarás, nuevos caminos a nuevas posibilidades que intentan explicar temas extremadamente trascendentales.
“Plantearse estas profundas preguntas les abre las puertas a nuevas maneras de ser en el mundo. Trae una bocanada de aire fresco. Hace la vida más dichosa. El verdadero truco no es estar en el saber, sino estar en el misterio”. Fred Alan Wolf[3]
Fred Alan Wolf, afirma que las grandes descubrimientos y revelaciones que nuestra sociedad acaricia han surgido de formular preguntas.
El formular preguntas es una forma de ir descubriendo nuevas cosas y es lo que hacemos desde muy pequeños, puesto que tan pronto aprendemos hablar siempre formulamos preguntas para lograr conocer y comprender lo que sucede en nuestro entorno.
Y en este sentido nos identificamos con Fred Alan Wolf, porque las preguntas son las precursoras, la primera causa, en todas las ramas del conocimiento humano.[4]
Las preguntas son la invitación a una gran aventura, a un gran descubrimiento, es la oportunidad para explorar nuevos territorios.
Una pregunta incluso puede cambiar el curso de la historia de nuestras vidas. Pero existen personas que no se atreven a formular preguntas, para no salir de la seguridad de lo conocido, porque la adquisición de nuevos conocimientos siempre pasan por un proceso de equilibrio, desequilibrio para nuevamente volver al equilibrio cuando hemos encontrado la respuesta correcta para las interrogantes que planteamos.
Todos hemos vivido la experiencia de hacer preguntas para lograr nuevos descubrimientos. No perdamos de vista nunca que el no saber algunas respuestas es lo que nos anima a investigar, el hacer preguntas tiene un gran valor práctico; es la entrada al cambio, a una realidad mayor, a un punto de vista más amplio y a más opciones.[5]
Al medir la salida eléctrica del cerebro de una persona empleando un tomógrafo las científicos descubrieron que la mirar un objeto y luego nuevamente, mientras se imaginaban el mismo objeto, en ambos casos se activaban las mismas zonas del cerebro, es decir que cerrar los ojos y visualizar el objeto producía los mismos patrones cerebrales, entonces qué es real, lo que vemos por nuestros ojos o lo que vemos con el cerebro.
El cerebro humano es capaz de procesar 400 mil millones de bits de información de los cuales dos mil de ellos los usamos en diferentes actividades que realizamos a diario, esto significa que el cerebro puede percibir mucha más información de la que captamos.
Todos tenemos la capacidad de entender nuestra realidad, pero nuestro pasado puede afectar el presente, pero una gran mayoría de las personas desconocen que tenemos un acceso epistémico al futuro tal como ocurre con el pasado. Nuestra realidad la forman las ideas, los conceptos y la información.

CONTENIDO

En el libro ¿¡What the bleep do we Know!?, definitivamente que no vamos a encontrar las respuestas a todas las preguntas que entorno a la realidad nos hacemos a diario, es más bien un libro que nos hace pensar y nos muestra las innumerables posibilidades que existen.
Las personas en su gran mayoría no intervienen en la realidad consciente y substancialmente porque no creen que puedan hacerlo, se sienten incapaces de realizar lo que quieren hacer.
En la medida en que pienses en forma positiva, podrás hacer realidad tus deseos y anhelos. Si la realidad es una posibilidad de la mente, una posibilidad de la conciencia, surge de inmediato la pregunta ¿Cómo puedo cambiarla?, ¿Cómo puedo mejorarla?, ¿Cómo la hago más feliz?, ¿Cuál es mi papel en la realidad?. Pero la realidad existe, yo elijo la experiencia, yo creo mi propia realidad y esto es algo que la física cuántica nos dice.
En lo personal yo creo firmemente en el hecho de que yo creo la realidad que estoy viviendo, y así como la he creado puedo cambiarla.
La tendencia humana es creer que hay una fórmula mágica, una técnica secreta que de repente, hará que todo funcione pero sabemos que no es así.
En la obra ¿¡What the bleep do we Know!?, se introducen muchas ideas y maneras de observar el mundo y también nos hace caer en la cuenta que muchas cosas que existen las podemos cambiar, para que sean de beneficio para todos y de esta forma lograr un mundo mejor, el hombre tiene en sus manos el destino de la humanidad, que puede ser muy bella para todos si nos lo proponemos y cambiamos la manera ambiciosa de pensar solamente en nosotros mismo y empezamos a pensar en las demás personas.
En la medida en que logremos desprendernos de las suposiciones sobre sí mismo, creceremos más de los que jamás creemos posible.
Una manera maravillosa de aprovechar el tiempo para nuestra mente, es reflexionando sobre las grandes preguntas, porque hacer preguntas tiene un enorme valor práctico; es la entrada al cambio, nos abre a una realidad mayor a un punto de vista más amplio y a más opciones.
En ¿¡What the bleep do we Know!?, descubrimos que en el momento en que podemos explicar lo que ocurre dentro de nosotros, seremos capaces de cambiar lo que sucede en nuestro entorno.
El espíritu y la ciencia son los dos grandes acercamientos de la humanidad a la verdad. Ambas buscan la verdad acerca de nosotros y de nuestro universo; ambas esperan hallar respuestas a las grandes preguntas, que son aquellas que pueden cambiar el curso de la vida y que aparecen en momentos de grandes crisis. Son las dos caras de una misma moneda.[6]
El mundo está vivo, nada es fijo, todo fluye, cambia o nace permanentemente. Nada está solo, cada parte se vincula con los demás. La gente desea saber cómo actúa la naturaleza, no para controlarla sino para vivir de acuerdo con su flujo y reflujo. La meta es comprender el orden natural y vivir en armonía con él nos dice Fritjof Capra en The Turning Point.
“La ciencia y lo espiritual no son tan diferentes. Son distintas disciplinas tratando de comprender lo mismo.”[7] Mark.
La obra nos hace reparar cada vez más en el incierto mundo que se esconde tras lo que consideramos nuestra realidad, lo que trae como consecuencia que nuestra vida no vuelva a ser la misma. La obra ¿¡What the bleep do we know!?, nos convierte en personas más responsables creadores de realidad como uno de nuestros compromisos.
Descubrimos a través de la misma que la realidad es una fracción esquematizada mediatizada por muchos filtros que nos invitan a juego de las grandes preguntas como hemos planteado anteriormente.
La física cuántica nos dice que existe un reino no-físico en el núcleo del mundo físico, que descubriendo en la estructura del átomo sólo hay condensaciones momentáneas de energía y el espacio vacío que ocupan no está vacío en absoluto.[8] Se encuentra lleno de información, de probabilidades y quizás de conciencia. La conciencia puede tener un efecto vigoroso en la realidad física.
El mundo de las apariencias, el mundo que vemos con nuestros sentidos es ilusión y hay algo que subyace a este reino material, algo más poderoso y fundamental, más real, aunque sea completamente intangible, como lo sugieren tantos textos espirituales, existe una realidad superior que de algún modo tiene que ver con la conciencia. Esto es precisamente lo que nos revela la física cuántica.
“El astronauta de la NASA, Dr. Edgar Mitchell llegó a la conclusión cuando regresó de un viaje por el espacio: En un momento me di cuenta de que este universo es inteligente. Está marchando en una dirección y nosotros tenemos algo que ver con esa dirección. Y ese espíritu creativo, la intención creativa que ha sido la historia de este planeta, proviene de nuestro interior y está allá afuera; es todo lo mismo…”[9]
La materia- energía es producto de la conciencia. Si cambiamos de mentalidad acerca de quiénes somos, entonces empezaremos a ver y a crear este mundo en el que vivimos de manera muy diferente.
Las personas que hemos experimentado una experiencia mística profunda y luego regresamos al mundo común seguimos percibiendo esa realidad como algo más real, la verdadera realidad, de allí que el mundo material viene a hacer una realidad secundaria. Todo lo que percibimos pasa por el filtro de nuestra conciencia y está determinado, al menos hasta cierto punto, por las propias estructuras de la mente. Solamente vemos nuestra construcción de la realidad, erigida por las neuronas de nuestro cerebro, es por ello que no todas las personas ven las cosas iguales sino que de una a otra las apariencias cambian.
“La mente brida el marco, las suposiciones y conocimientos específicos para que el ojo vea. La mente construye el universo que el ojo, entonces ve. En otras palabras, nuestra mente se construye en nuestros ojos”.[10]
La percepción es un proceso complejo que se inicia cuando las neuronas sensoriales recogen la información que proviene de nuestro entorno y la envía al cerebro en forma de impulsos eléctricos, pero nuestras entradas sensoriales son limitadas. Por ejemplo no podemos ver la luz infrarrojo, ni los campos electromagnéticos, sin embargo somos capaces de captar una serie de información que puede penetrar por los cinco sentidos, aunque no lleguemos a procesarla toda.
El cerebro es el que percibe la realidad y crea para nosotros nuestra interpretación.
La teoría cuántica, establece que las partículas pueden estar en dos o más lugares al mismo tiempo. La física ha demostrado también que las partículas subatómicas parecen comunicarse instantáneamente en cualquier extensión del espacio. La física cuántica es probabilística: uno nunca puede saber con absoluta certeza cómo resultará una cosa específica.
La física cuántica ha borrado la marcada distinción cartesiana entre sujeto y objeto, entre observador y observado, que ha dominado a la ciencia durante cuatrocientos años.[11]
La física cuántica, plantea que le observador influye en el objeto observado, todo participa en el universo. Las partículas subatómicas aparentemente tienen una naturaleza dual, según como las miremos, pueden comportarse como partículas o como ondas. De allí que la realidad tal como la experimentamos, se está creando constantemente. Pero el verdadero misterio en esto es que de esa fuente de posibilidades cuál es la que va a suceder, no está determinada por nada que sea parte del universo físico. No hay ningún proceso que lo haga suceder.[12]
Según la física cuántica, todo se toca todo el tiempo, es por eso que los dominios de la física y del misticismo se rozan.
Los místicos no tienen problemas con estas ideas al igual que los fundadores de la teoría cuántica, demostraron un gran interés por los temas espirituales.
El proceso de observación parece influir, en aquello que se observa, este es un rasgo determinante de la teoría cuántica donde el observador no sólo es necesario para observar las propiedades de un fenómeno atómico, sino también para provocarlos. En otras palabras podemos decir que el observador afecta lo observado.
Para llegar a un nuevo concepto sobre la realidad se necesita de una paradigma que integre la conciencia y que considere al universo como la entidad viva e interconectada a ella en la básico en la conciencia misma, la materia y la energía es su producto.
Es en este momento cuando surge la pregunta ¿es la conciencia un producto del cerebro?. La ciencia carece de herramientas para entender la conciencia, y nos hacemos la pregunta ¿Qué pasa con las precogniciones, son accidentes o coincidencias?
La conciencia es la realidad, la realidad es el producto de la conciencia y por ende producto de nuestras limitaciones. Entonces debemos empezar a analizar cuáles son los mecanismos por los que se mantienen la realidad desde hace tanto tiempo: emociones, experiencias, creencias etc.
Mediante las experiencias que se repiten en el cerebro se construye la memoria y las emociones ayudan a decidir a qué vale la pena prestar atención a qué no, ellas están diseñadas para reforzar químicamente las experiencias y transformarlas en memorias a largo plazo.


CONCLUSIONES
Después de leer la obra ¿¡What the bleep do we Know!?, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
v Nosotros tenemos en nuestras manos, la fórmula para lograr que las cosas funcionen de manera correcta y en beneficio para todos, todo dependen de nuestra disponibilidad para hacer las cosas como se deben hacer sin esperar que vengan otros a hacer lo que nos corresponde hacer a cada uno de nosotros.
v Nunca se puede dar un gran descubrimiento, si primero no nos formulamos grandes preguntas que son las que nos impulsan a investigar hasta encontrar las respuestas correctas. Las preguntas son las precursoras en todas las ramas del conocimiento, ellas son la entrada al cambio. Nada es fijo ni estático, todo fluye, cambia o nace permanentemente.
v Cada vez que hacemos preguntas, es porque queremos adquirir nuevos aprendizajes y lograr nuevos descubrimientos.
v Debemos estar abiertos a los nuevos aprendizajes, reacondicionarnos para poder aceptar por el momento el no saber, para luego lograr un mayor conocimiento.
v Tenemos que aprender a desprendernos de las suposiciones sobre sí mismo, y de esta manera lograremos crecer en conocimientos.
v Nada a nuestro alrededor está solo, cada parte se vincula con las demás. Tenemos que aprender a vivir en armonía con el orden natural.
v La mecánica cuántica sugiere que la naturaleza es un sistema orgánico que hay que cuidar y mantener.
v Los paradigmas cambian y en especial en la ciencia, donde cada generación construye sobre el trabajo de los que estuvieron antes, el paradigma del conocimiento evoluciona.
v La conciencia puede tener un efecto muy rigoroso en la realidad física.
v El materialismo moderno es capaz de despojar al hombre de su responsabilidad como creador de su propia realidad.
v Cuando el hombre pueda explicar lo que está ocurriendo dentro de él, será capaz de cambiar lo que sucede en su entorno.
v En las manos del hombre está el convertir el mundo en un paraíso o en un infierno. Es necesario que aprendamos a observar mejor y no es posible hacerlo desde el ego ni desde el autoritarismo, empezamos un camino en el que somos responsable de la realidad propia.

BIBLIOGRAFÍA

Arntz, William; Chasse, Betsy y Vicente, Mark. ¿¡Y tú qué Sabes!? Descubriendo las infinitas posibilidades para modificar nuestra realidad cotidiana. Editorial Kier. Buenos Aires, Argentina. 2006.




[1] Arntz, William; Chasse, Betsy y Vicente, Mark. ¿¡Y tú qué Sabes!? Descubriendo las infinitas posibilidades para modificar nuestra realidad cotidiana. Editorial Kier. Buenos Aires, Argentina. 2006. Pág. ii-x.

[2] Ibid, pág. 66.
[3] Ibid, pág. 1
[4] Ibid, pág. 3
[5] Ibid, pág. 8
[6] Ibid, pág. 12
[7] Ibid, pág. 14
[8] Ibid, pág. 36
[9] Ibid, pág. 37
[10] Ibid, pág. 43
[11] Ibid, págs. 55-56

[12] Ibid, pág. 68

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